miércoles, 21 de septiembre de 2016

• Alzheimer.





                                                                                  Alzheimer*




Todos tenemos nuestra silla de las ausencias.
Está ahí desde que nacemos, esperando que le demos la vida
En la mía se sienta siempre ella.La siento para sentirla,
para que no se me pierda, y también
para no perderme..

- Alejandro Palomas.

Für Puppis Oma





Alguien ha apagado la luz
por las persianas apenas - y a penas-
se cuela algún rayo de sol
pero sólo sirve para desdibujarlo todo

intento recorrer esta habitación a tientas
guiándome por mi instinto
pero resulta demasiado difícil -casi angustiante-,
porque no la conozco de antemano
no tengo puntos de referencia a los que agarrarme
utilizo mis manos para amortiguar los golpes
porque choco, una y otra vez,
una y otra vez,
porque no conozco el sitio
no me puedo orientar
tengo la sensación de haberme golpeado antes con esta esquina
y con este mueble que
no sé si antes estaba en este mismo sitio
o si le han cambiado la ubicación
o quizá la que se ha ido soy yo

no, no me he movido de donde estaba
porque esa esquina la reconozco
¡sí!, claro, me resulta familiar
como si me hubiese asomado al aleph
ahora sé dónde estoy
es la habitación de mi infancia
ese olor
ese olor es imposible olvida ¡no!
¿quién ha apagado la luz?
¡enciéndanla! ¡la necesito para poder orientarme!

de nuevo a tientas
intento recordar lo que acabo de ver
pero no puedo
¡no puedo!,
estoy demasiado a oscuras
a oscuras y otra vez en una habitación que no conozco
así no me puedo orientar
no puedo
no me encuentro
lo desconocido resulta tan hostil
no sé dónde estoy
estoy a oscuras

- se dejó resbalar contra la pared y acurrucándose en la esquina,
después de llorar desconsoladamente, por la persiana comenzaron
a colarse nuevamente algunos rayos, que aunque intermitentes,
sirvieron para que pudiera escribir una nota:

Me he quedado aquí encerrada y a oscuras.Es un sitio y a la vez son muchos.
Quizá mañana siga sin encontrar el interruptor que ilumine el pasillo que
me lleve allí donde sigo siendo yo. Aprovecho los rayos de lucidez que hoy
se cuelan por mi persiana imaginaria para escribirte, porque quizá mañana,
mañana quién sabe.Quiero pedirte que me quieras.Quiéreme cuando te acuerdes.
Pero quiéreme.Quiérete cuando leas esto y te parezca una desconocida.Quiérete.
Quiéreme.
Te has quedado aquí encerrada y a oscuras.Es un sitio y a la vez son muchos.
Es tu memoria. Hogar que se ha quedado sin luz, reflejado en iris nostálgicos
que añoran recordar lo que un día vivieron-.



un desconocido que me ha dado la mano
no la he rechazado porque
hay algo en el calor del roce de una mano con la otra
que me tranquiliza
no enciende la luz del lugar en el que estoy
pero me acompaña
y es tan importante sentirse acompañado
cuando uno se ha quedado a oscuras ...







*Heim: del alemán, hogar.




No hay comentarios:

Publicar un comentario