Todo lo que quería era que me hicieras un hueco en tu abrazo. Parecerá una tontería, pero a mi me hacía feliz. Tú eras de los que no sabían darlo. Y yo... yo, ¡ creía que tenía que enseñarte! Es más, pensé en escribirte unas instrucciones y mandártelas. Hasta que aprendí que los abrazos no sólo hay que SABER DARLOS , sino que, también, hay que SABER VOLVER de ellos. Y esa era mi gran asignatura pendiente.
Yo, tan empeñada en enseñarte, no había sido capaz de reconocer que tú eras quien daba la lección y yo, quien debía aprender. Pero, hoy, empiezo a VOLVER ...
Hoy, empieza mi vuelta.
por Liniers. |
*Dedicado a todas aquellas personas que, alguna vez, os habéis perdido en un abrazo, hasta sentir como algo de vosotros se quedaba en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario