Tú y yo siempre ese verso inacabado
para el que no encontramos la palabra justa,
bien porque no encaja,
porque rompe la métrica,
bien porque cambia la esencia por completo,
por excusa
o por ignorancia,
lo cierto es que siempre llegamos al final del verso
sin saber qué decir,
con la respiración contenida,
con las manos temblando,
con la mirada llena de interrogantes.
Y en lugar de resolver,
optamos por lo más sencillo,
lo que llena cualquier hueco
vaciándolo de palabras,
llenándolo del sentido que cada uno quiera darle.
Qué seríamos tú y yo sin esos puntos suspensivos...
... qué ...
... qué ...
Probablemente,
sólo otro verso inacabado ...
Siento como que el suspenso los mantiene, que no hay un Nosotros que pueda terminar de decirse, que unos versos enturbiados no quieren transparentarse mientras dure... Hermoso y real.
ResponderEliminarLindo sentir !
EliminarSi esos puntos suspensivos hablaran,para bien o para mal,supondrían un final.El verso estaría acabado.Quizá para siempre,quizá para continuarlo. Y quizá ese sea el gran miedo de ambos.Tal vez, no estén preparados para ''cargar'' con un final o un principio.
Gracias por leer+sumergirte en las emociones de este verso+comentar !!